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La Mano de Michael

miércoles, 12 de enero de 2011

Criticas literarias sobre la novela

Sevilla, 6 de Diciembre de 2010
La noticia de la muerte de Michael Jackson recorrió el mundo en segundos, tal y como sucede hoy en día gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, en las que los receptores se convierten en emisores al instante con crecimiento exponencial, haciendo que cualquier acontecimiento que sea capaz de hacer converger el interés o la curiosidad global, enseguida se derrame por todos los rincones del planeta. De ese modo, nadie pudo quedar al margen, casi a pie del suceso de todo lo que estaba aconteciendo en torno a una figura, que tantas veces antes había sido noticia por tantas y tan diversas razones. Y todos, tuvieron una respuesta, un sentimiento puro al hilo de la noticia, antes que los influyentes grupos de comunicación tuvieran tiempo de articular y modelar la reacción colectiva tanto ante el luctuoso hecho, como a las circunstancias en las que se produjo.
Es así como desde diversas sensibilidades, se reaccionó ante la muerte de Michael Jackson: con asombro, por parte de todos, con honda amargura y desgarro de sus admiradores y seguidores, con piedad desde aquellos que veían en su figura el desenlace de una vida nada común y tocada por la bendición y maldición de la genialidad, la fortuna y el éxito acompañadas siempre de sus sombras: la caída y el fracaso.
Ahora, recuerde quien quiera cuál fue su primer sentimiento al recibir la noticia. Haga memoria, y reconstruya sus primeros pensamientos en torno al suceso. No es fácil. Todo parece quedar ya difuminado en la distancia, y la espesa niebla creada por los generadores de opinión, los biógrafos espontáneos, los teóricos de las tramas conspiradoras y los grandes titulares lo ponen muy difícil. Pero si la conjunción de los hechos, hizo que alguno, de extrema importancia en su vida, coincidiera con todo lo acontecido en torno a la gran noticia, a buen seguro no sólo tendrá el horizonte más claro, sino que a la vez se producirá una identificación con lo sucedido, una empatía imperecedera, un viaje compartido.
De este modo lo vive y lo revive día tras día, con la misma pasión que acompaña su vida, Rafaela Rivera. Y en su imparable deseo de expresarse; su entrega; su búsqueda de los más profundos sentimientos, como son el amor, la amistad, la lealtad, la honestidad; y su dulce rendición ante la belleza, la naturaleza y la bondad, Rafaela, lleva al papel un viaje iniciático, una escapada al Hades, al igual que Ulises o Dante, para estar cerca de uno de los héroes de nuestro tiempo, que tal y como los arcaicos fueron, no alcanzarían la divina inmortalidad sino a resultas de su propia muerte en reconocido sacrificio.
Rivera, como los anteriores, va allí para volver, y tiene la fortuna de ser de los escogidos por Caronte para transportarla en el viaje de vuelta. Pero antes de volver, se encarga de hacernos a todos el favor de traernos la mejor entrevista más que al personaje a la persona, la que envidiaría cualquier periodista del planeta, la última: la definitiva. Nos cuenta el balance que el propio Jackson hace de su vida completa, como se siente después de todo y de todos y lo más importante… cómo era Michael Jackson, como se expresaba, como reaccionaría ante sucesos inesperados y de camino ella se cobra con un derrame a la comprensión de cada uno de nosotros, nos empuja a conocer nuestro interior, nuestras dudas, dolor y a la reflexión con un repaso a su vida, que nos sirve de espejo, pero con la ventaja de recuperarla, embellecerla y regalárnosla en este libro único y diferente.
Y todo ello, en una novela que nos transmite intimidad, sencillez, limpieza y gratitud de vivir. Todo cuanto en ella ocurre, nos hará recapacitar sobre la importancia que tiene vivir para todos nosotros. Pero, vivir de verdad.
Si muriese mañana, ojala alguien regalase mi vida así, mis sentimientos, mi yo para ser conocido más que reconocido, que a fin de cuentas es lo que importa, en la misma forma que le ha sido regalado a Jackson en esta obra.
Sólo se me ocurre; gracias Rivera, me has hecho reconciliarme más conmigo mismo y con los seres humanos y por tanto… me has hecho un poco mejor. Dicho así, que simple parece conseguir ese efecto ¿verdad?, bueno, sólo tú lo haces simple.
Editor:
Sr. Mario González
Sevilla, 20 de noviembre de 2010
El libro de Rafaela toca varios palos de la creación literaria. Es novela, teatro y libro de autoayuda. Una obra singular donde se emplea la ficción para que sirva de catarsis tanto al personaje como a la autora unidos en una dualidad espiritual. O mas bien me atrevería a decir que se consideran almas gemelas. Con un balance de vida lleno de penalidades e incomprensión que juntos van a superar, para la total liberación de sus almas. Por supuesto es una novela optimista y con resultados, aunque sea después de muertos. Plena de misticismo que nos acerca a la antesala de la gloria, Rafaela ha escrito una obra vital rebosante de entusiasmo y alegría donde muestra su creencia en el ser humano. Ingenua, con una trama plana pero con fuerza en sus diálogos. Aunque no está estructurada por capítulos, no los necesita porque el ritmo lo imponen dichos diálogos. Rafaela ampliamente conocedora de la vida de Michael va hacia atrás y hacia adelante, pasado y presente, para dar más énfasis a ese ritmo. Su vocabulario es rico pero sin llegar a academicismos. Repetitivo, como un mantra pegadizo para ser oído en los confines de la tierra y el cielo. Hay palabras como: luz, amor, libertad etc..que Rafaela regala a nuestros oídos para que las recibamos en nuestro corazón. Pudiera parecer un tanto "pastelosa" pero creo que todos necesitamos de estos discursos "en vena" para que nuestras almas se engrandezcan. La autora exonera a Michael de sus posibles errores y defiende a capa y espada su inocencia ante acusaciones horrendas. Es por tanto un trabajo que homenajea a este ser tan entrañable. Su descripción es exuberante y fluida, fresca y luminosa, decorativa y bucólica, tal como esperamos el paraíso. Creando una atmósfera relajada donde la amistad, la aproximación a la intimidad y a la sensualidad, los protagonistas se comportan de forma transparente y sin llegar a ser irreverente, nos fascina por su profundidad. Es una novela romántica, pero en ella no solo se da el romance entre los personajes sino con todo lo creado, la Naturaleza. Se mueven los protagonistas en un enclave para la contemplación que recrea lo humano y lo divino.

 Profesora de literatura y doctorada en filosofia y letras.
Dña: ANA DOMINGUEZ.

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